jueves, 30 de octubre de 2008

EPILEPSIA






La epilepsia se define como la presentación crónica y recurrente de fenómenos paroxísticos (crisis o ataques) ocasionados por descargas neuronales desordenadas y excesivas que se originan en el cerebro, tienen causas diversas y manifestaciones clínicas variadas.
La epilepsia es un problema de salud por la naturaleza misma del padecimiento, que necesita de una atención médica adecuada, y también por las serias repercusiones emocionales y sociales que produce en quienes la padecen y en sus familiares y amigos.

En caso de que el paciente presente crisis generalizadas tónico-clónicas es necesario explicar a la familia la conducta adecuada al momento de la crisis. Las recomendaciones son:

1.- No dejar solo al paciente y observar las características de la crisis para informar posteriormente al médico.

2.- Protegerlo de lesiones colocándolo en un sitio seguro; es conveniente dejarlo en el piso, con una protección en la cabeza y lejos de escaleras o muebles con los que se pueda golpear; si existe la oportunidad de colocar un objeto firme entre los dientes para evitar la mordedura de la lengua puede hacerse, pero es contraproducente forcejear cuando ya los maxilares se encuentran firmemente cerrados.

3.- Asegurar una buena oxigenación aflojando la ropa y colocando la cabeza de lado para permitir que la salivación excesiva y la acumulación de flemas obstruyan la vía respiratoria.

4.- Esperar a que la crisis cese sola, lo cual suele ocurrir en 3 a 5 minutos. Permitirle reposar en el periodo postictal. No llevarlo al hospital a menos que la crisis sea prolongada (más de 10 min.) o se repita antes de la recuperación de la conciencia. No aplicar medicamentos adicionales ni estímulos de ningún tipo. Registrar la crisis y continuar el tratamiento habitual.

MEDIDAS HIGIENICAS.

Existen una serie de situaciones que no son causa de epilepsia pero sí actúan como factores precipitantes de crisis:


- Bebidas alcohólicas. Su ingesta abundante y prolongada puede provocar convulsiones en el periodo de deprivación. La asociación de bebidas alcohólicas con los medicamentos anticonvulsivos potencia los efectos tóxicos del alcohol y los efectos indeseables de los medicamentos y también provoca crisis.


- Actividad física. La respiración agitada favorece en algunos pacientes la presentación de sus descargas anormales. El grado de restricción dependerá de la edad,la actividad acostumbrada previamente por el paciente y su condición física. La práctica de cualquier deporte, incluyendo la natación, es permisible siempre y cuando se haga con vigilancia y sin llegar al agotamiento.


- Deprivación del sueño. Esta puede precipitar algunos tipos de crisis. Cuando el paciente requiera desvelarse por estudio o diversión se recomienda que duerma previamente una siesta y luego prolongue sus horas de sueño.


- Ayuno prolongado. La hipoglicemia severa puede provocar crisis convulsivas aún en sujetos no epilépticos. Es suficiente con que el paciente haga sus comidas a las horas usuales sin excederse en cantidad y/o frecuencia.


- Interacciones medicamentosas. Algunos medicamentos que pudieran requerirse para tratar enfermedades intercurrentes elevan los niveles de los fármacos anticonvulsivos y pueden provocar manifestaciones de toxicidad, mientas que otros los disminuyen y ocasionan descontrol de la epilepsia.


- Suspensión del anticonvulsivo. La interrupción brusca del tratamiento por la razón que sea, puede ocasionar estado epiléptico.


Cualquier modificación de dosis se debe realizar muy lentamente.


ELECCION Y USO DE MEDICAMENTOS ANTICONVULSIVOS.

No existe un anticonvulsivo ideal. Los pocos fármacos anticonvulsivos de que se dispone en la actualidad, bien utilizados, pueden lograr un buen control de la epilepsia en el 80% de los casos. Los lineamientos generales de un buen tratamiento antiepiléptico son los siguientes:

  • Elegir el medicamento adecuado para el tipo de crisis. No todos son igualmente útiles para todas las crisis.
  • Iniciar el tratamiento con un solo medicamento. Esto permite saber a qué atribuir los efectos terapéuticos y los indeseables.
  • Prescribirlo a la dosis adecuada por Kg de peso/día. Para evitar efectos colaterales, se puede alcanzar gradualmente la dosis planeada en varios días.
  • Esperar el tiempo suficiente para que el fármaco alcance su estado estable antes de decidir si es o no el adecuado.
  • Hacer niveles séricos una vez transcurrido el periodo para lograr el estado estable; ésto es un auxiliar, y siempre debe correlacionarse con la condición clínica del paciente.
  • Mantener el tratamiento por tiempo suficiente. Una vez logrado un control al 100%, el tratamiento debe continuar SIN CAMBIOS por un periodo no menor de 4 años antes de pensar en descontinuarlo. Si se toma esta decisión, la reducción paulatina debe tomar por lo menos 6 meses adicionales.

Lara Bevilacua, Camila Garcia Hiver, German Nobile, Micaela Pascual

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